Columna: Renzo Rossi, Gerente de la División de Gestión y Desarrollo Humano de Mibanco - Mibanco Perú

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Columna: Renzo Rossi, Gerente de la División de Gestión y Desarrollo Humano de Mibanco

Cómo desafiar la resistencia al cambio organizacional

Para gestionar con éxito un proceso de cambio es indispensable entender, sobre todo, las razones que están detrás de la resistencia.

Los cambios pueden ser un terreno fértil para la reflexión y la toma de decisiones. Asumir que debemos cambiar por motivos personales o profesionales puede plantearnos diversas disyuntivas. ¿Es el momento? ¿De qué me servirá? ¿Será mejor hacerlo el otro año?

John Maxwell reconoce cuatro momentos clave para que las personas decidan cambiar: cuando enfrentan adversidades, cuando se sienten inspiradas, cuando desean aprender para mejorar y cuando son respaldadas para hacerlo. Pero para gestionar un proceso de cambio es indispensable entender, sobre todo, el por qué de la resistencia.

Es natural que nos resistamos al cambio y prefiramos la estabilidad. En parte, por el sesgo de aversión a la pérdida: sobreestimamos los riesgos y subestimamos los beneficios.

Todos tenemos una zona de confort, donde nos sentimos tranquilos y en control del mundo, aunque sólo sea una ilusión. Podemos pensar que es mejor seguir teniendo éxito en esa zona —por ejemplo, con el mismo trabajo durante años— que arriesgarnos por algo con altas probabilidades de fracaso. A ello se suma el sentirnos abrumados por tener varias alternativas y no saber cuál tomar.

Según McKinsey, el 70% de programas de cambio desplegados por empresas fracasa. Y no es tanto por las tareas a cumplir, sino porque, aunque haya personal comprometido, el peso del factor emocional dificulta el proceso. Como líderes, debemos abordarlo y también abordar el factor de la rutina, si queremos gestionar con éxito un cambio organizacional.

En todo proceso de transformación habrá quienes lo asumirán con optimismo, los que necesitarán de un empuje para aceptarlo y los que mostrarán toda su resistencia. Por ello, los líderes estamos llamados a contar la historia completa del proceso. Ya no sólo el qué haremos y cómo lo haremos, sino el por qué lo estamos haciendo. Lo que, en buena cuenta, será nuestro propósito.

Fuente: Semana Económica.