Columna: Javier Ichazo, Gerente General de Mibanco - Mibanco Perú

Siguenos en Facebook

Siguenos en nuestro canal de Youtube

Columna: Javier Ichazo, Gerente General de Mibanco

Inclusión financiera: una prioridad nacional

Aunque el panorama económico y social para este 2024 se muestra más optimista, muchos de los retos locales e internacionales que pesaron sobre nuestro país el año pasado siguen presentes y, con ellos, un grado de incertidumbre que no podemos pasar por alto. Por ello, es vital continuar con el esfuerzo para acercar a personas, y pequeños negocios al sistema financiero formal, dándoles mayor predictibilidad y orden. Y el rol de las instituciones financieras especializadas en microfinanzas (IMFs) como catalizadoras de este proceso, por la naturaleza de los clientes a los que atienden, es innegable.

La inclusión financiera no es solo una meta deseable a nivel abstracto: es una necesidad urgente. En el Perú, un país de innegable ímpetu emprendedor, existen, por lo menos, 9.1 millones de negocios y, de estos, 5.5 millones son informales porque no cuentan con RUC. Estas empresas, si bien son el motor de nuestro crecimiento económico están expuestas a riesgos al recurrir a modalidades de préstamos informales y peligrosos, lo que incrementa su vulnerabilidad. Circunstancias como la proliferación de los préstamos gota a gota, por ejemplo, nos recuerdan que no solo estamos ante una meta de desarrollo económico, sino también de seguridad personal y familiar.

En este camino, las IMFs cumplen un rol importante, ya que cada año incluyen financieramente a aproximadamente 400.000 nuevos clientes en el Perú. Pero para continuar por esta senda es fundamental conocer al detalle las barreras que mantienen a tantos emprendedores y pequeños empresarios alejados del sistema. Mucho tiene que ver con la falta de educación financiera, pero también con la falta de servicios alineados a sus realidades. Para solucionar esto último, la digitalización ha demostrado ser un gran aliado, por la ubicuidad de los teléfonos inteligentes. El mejor ejemplo de ello es Yape, que ya ha logrado la inclusión de más de 3 millones de peruanos y que cuenta con más de 14 millones de usuarios, por la forma en la que ha simplificado el acceso a servicios financieros, poniéndolos, literalmente, en los bolsillos de las personas.

En general, la apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías es, también, una apuesta por la inclusión. Si en algo es buena la tecnología es en simplificar tareas y procesos que antaño se nos hacían complicados, engorrosos y lentos. Y existe mucho por explorar en este campo, como la inteligencia artificial, cada vez más presente en nuestro día a día y en el de las empresas. Volcarla a ofrecer mejores –y más accesibles– servicios redundará en una mayor inclusión financiera.

Las IMFs, y quienes las lideramos, tenemos mucho que aportar en esta materia, tanto con nuestros productos como con nuestro asesoramiento y acompañamiento a los emprendedores. Pero hay, como sabemos, muchísimo por hacer. Según el Índice de Inclusión Financiera de Credicorp, por ejemplo, 43% de nuestros compatriotas están todavía en un nivel “Bajo” de inclusión y mejorar su situación dependerá mucho de trabajar en conjunto con el sector público y de la responsabilidad de nuestras autoridades. Se trata, pues, de darle a los ciudadanos facilidades, no de levantar más obstáculos, sobre todo con normas antitécnicas que pueden sonar bien en el papel pero que resultan contraproducentes para los peruanos.

Este año las perspectivas económicas son mejores que el año pasado, pero esta mejoría no debe distraernos del objetivo: hacer que el crecimiento y el desarrollo del país perdure. Para esto, lograr que más peruanos participen de la formalidad, y del sistema financiero en particular, es esencial. Y todos debemos contribuir a esta meta.

Fuente: Semana Económica