Columna: Javier Ichazo, Gerente General de Mibanco - Mibanco Perú

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Columna: Javier Ichazo, Gerente General de Mibanco

Recuperemos la ilusión

El sector privado tiene mucho por aportar a la democracia peruana y a la posibilidad de recuperar la ilusión perdida, sobre todo, por los jóvenes.

Después de años de relativa estabilidad política y de crecimiento económico, el Perú ha descendido a tiempos más complejos. Desde el 2016 hasta hoy, tuvimos seis presidentes —cuando debimos tener dos— y registramos cifras de expansión del PBI que no alcanzan para seguir reduciendo la pobreza. Es inevitable que estemos cansados y, sobre todo, que lo estén los más jóvenes, que han crecido menos acostumbrados que los de mi generación a los embates de la mala política.

La prueba más tangible de esto es la cantidad de personas que se fueron del país o esperan irse, en búsqueda de mejores oportunidades. Según un estudio de Equilibrium CenDe, presentado el año pasado por la Universidad del Pacífico, seis de cada diez peruanos de entre 18 y 29 años tienen intenciones de emigrar. Estos se sumarían a quienes ya se fueron, cuyo número se cuadruplicó desde 98,308 personas registradas en el 2020 hasta 415,393, en junio del 2023.

La realidad que describen estas cifras está estrechamente vinculada a otra: el desencanto de los jóvenes por la política y por actuar frente a los temas que tienen un impacto en sus vidas. Lamentablemente, la política hoy se asocia mucho con la corrupción y la democracia ha ido perdiendo el lustre. De acuerdo con cifras del Latinobarómetro, 91% de los peruanos se declara insatisfecho con ella. La pregunta, entonces, se cae de madura: ¿qué hacemos?

Desde el sector privado, tenemos un rol crucial para cambiar el escenario descrito. Los empresarios —sobre todo, a través de los gremios— tenemos que involucrarnos en las discusiones políticas del país. Y no sólo en las que conciernen directamente a nuestros negocios, sino también en las que tengan que ver con la salud de nuestro sistema democrático y con la defensa de nuestras instituciones. Tenemos que empezar a reconocernos como actores valiosos dentro de esa conversación.

Hoy, tenemos la responsabilidad de motivar a una nueva generación de jóvenes. De promover activamente oportunidades que saquen provecho de su talento y los gratifiquen como merecen, con el potencial de hacer la diferencia. Estas oportunidades no sólo buscan su desarrollo personal y profesional. Fortalecen, además, el sentido de pertenencia y su compromiso con el Perú.

Los empresarios debemos inspirar a los jóvenes a involucrarse más con las situaciones que pueden impactar el bienestar económico y social del país. Esa energía, creatividad y pasión que ellos tienen son esenciales para impulsar el cambio y la transformación del Perú.

Iniciativas como CADE Universitario, el encuentro más importante de jóvenes líderes de nuestro país, que este año tengo el honor de presidir bajo el lema ‘Democracia somos todos’, resultan sumamente importantes en ese camino. La iniciativa involucra a más de 500 estudiantes de diversas instituciones académicas y, además de fomentar la reflexión y la acción, proporciona a los jóvenes una oportunidad para conectarse entre sí y con líderes de distintas generaciones.

Espacios como este, destinados a impulsar una ciudadanía activa y a plantear soluciones a problemas como el acceso limitado a educación de calidad, la falta de oportunidades laborales y la brecha digital, son fundamentales para cambiar la situación descrita. Porque superar estos desafíos requiere la colaboración de todos.

El sector privado tiene mucho para aportar a la democracia peruana y a la posibilidad de recuperar la ilusión perdida, sobre todo, por los jóvenes. Es cuestión de involucrarse, preocuparse y alzar la voz.

Fuente: Semana Económica