Columna: Carolina Carbone, Líder de la Tribu de Canales Digitales de Mibanco
Innovando lo innovado
¿Puede un teléfono celular que no tiene cámara, navegador de internet, redes sociales y tampoco muestra imágenes, ser un producto innovador? Difícil pensarlo y aceptarlo en nuestro entorno actual en donde pasamos una importante parte del día en nuestro teléfono móvil. Sin embargo, en los Estados Unidos, la empresa de tecnología Light acaba de lanzar la tercera versión de un smartphone que justamente posee estas características, con el objetivo de generar una experiencia total de “desconexión”. La pregunta sigue siendo la misma: ¿puede este celular, aparentemente “prehistórico”, ser realmente innovador?
Para entender qué es innovación debemos de partir de la definición de diccionario. Esto es: creación o modificación de un producto. En el caso de Light sin duda han hecho una modificación al diseñar y producir una versión “desconectada” de un smartphone. Si bien, el principal cambio es que no tiene acceso a las características más adictivas de los móviles, también tiene un diseño diferente y orientado a que el usuario interactúe de manera cómoda. Debo precisar que estos teléfonos sí tienen internet, pero está integrado a una serie de acciones muy puntuales como acceso a mapas, mensajes de texto, música y podcasts. Sin duda han hecho un cambio a un producto, pero, ¿es suficiente hacer cambios para que exista verdaderamente innovación?
Personalmente, creo que para que la modificación de un producto logre ser innovador debe generar un impacto. Uno podría inventarse diferentes tipos de celulares o máquinas, pero lo que hace que sean importantes es el valor que generan. El “qué” cambias debe de ser acompañado de un “por qué” para fomentar el uso. Esto último viene a ser la generación de valor que llega del brazo del cambio. Volviendo al ejemplo de Light, ¿por qué necesitamos un celular distinto? Inicialmente, los creadores de Light armaron el proyecto en Kickstarter porque querían un dispositivo con internet que ayude a sus usuarios a escapar de la adicción a los smartphones. Diez años después han vendido 100,000 de estos teléfonos y han logrado identificar varios perfiles. Si bien la mayoría lo usa como su teléfono principal junto con una Tablet, para el uso de internet, otros lo utilizan para desconectarse durante momentos o periodos específicos.
La innovación no es solo lo que más brilla o lo más grande sino aquello que genera un cambio y que brinda un valor para sus usuarios. Muchas veces implica retar los paradigmas que tenemos y cambiar nuestros hábitos. Es a partir de este desafío —estando cerca del problema o necesidad— que se dan los primeros pasos para diseñar lo que buscamos y que al mismo tiempo genere valor para nuestros usuarios.
Fuente: Infobae