De la experiencia a los resultados - Mibanco Perú

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De la experiencia a los resultados

De la experiencia a los resultados

Para hablar de resultados de negocio, hoy resulta ineludible hablar también de la experiencia del colaborador.

Ximena Cuadros, Gerenta de la División de Estrategias de Personas de Mibanco

Durante mucho tiempo, hablar de gestión de personas era sinónimo de medir clima laboral o lanzar programas de capacitación. Eso ya no es suficiente. La experiencia del colaborador se ha convertido en el verdadero eje de la gestión: todo aquello que una persona vive dentro de la organización, desde su contacto como candidata hasta su último día de trabajo.

Un estudio del MIT reveló que las empresas que priorizan la experiencia del colaborador alcanzan mayores niveles de innovación, satisfacción del cliente y rentabilidad. Cifras de Gallup, por su parte, demuestran que los equipos altamente comprometidos logran un 21% más de productividad y tienen un 87% menos de probabilidad de rotación. En otras palabras, hablar de experiencia es hablar directamente de resultados de negocio.

Pero, ¿qué factores definen esa experiencia? Un liderazgo cercano, una cultura que inspira, oportunidades para crecer, reconocimiento, beneficios relevantes y, sobre todo, lo que ocurre en el día a día. Ese espacio donde las herramientas, los procesos y las dinámicas pueden hacer que el trabajo fluya o, por el contrario, que se vuelva cuesta arriba.

No es lo mismo diseñar soluciones para la sede administrativa o para los equipos que se desempeñan en zonas alejadas o con recursos limitados. Por eso, es clave medir de manera constante factores como liderazgo, cultura, compensaciones y los joumeys que atraviesan los colaboradores, desde procesos formales hasta lo cotidiano. Encuestas, análisis de datos, aliados estratégicos en las áreas de negocio y espacios de innovación son algunas de las prácticas que permiten responder con rapidez a lo que los equipos viven y sienten.

Si bien enfrentamos el reto de integrar la inteligencia artificial para dedicar más tiempo a lo que realmente importa, ninguna tecnología reemplazará la cercanía, la confianza y el propósito humano. Transformar la experiencia del colaborador no es un fin en sí mismo. Es la forma más poderosa de asegurar que las personas y las organizaciones progresen.